Evite problemas con su seguro
- Joaquín Febres-Cordero
- 14 jul 2020
- 3 Min. de lectura
Son tres los consejos útiles para reducir la posibilidad de no poder cobrar un seguro, y que la reparación del daño sufrido tengamos que asumirla con fondos propios.
La afectación es mucho mayor si el objeto destruido, dañado o robado, que no podemos recuperar ni reparar porque el seguro niega el reclamo, es un bien destinado al trabajo o a la producción.
Los tres consejos son:
1) Una póliza mejorada.
La póliza debe gozar de claridad en sus términos, y consistencia con los documentos de respaldo sobre los bienes asegurados y su utilización.
Un abogado debe revisar la póliza y aquellos documentos, para evitar desagradables sorpresas al enterarse de que el evento que arruinó su automóvil, casa, fábrica, bodega, oficina o embarcación, ha estado excluido, o que determinados componentes del activo no están cubiertos por el seguro.
Ejemplos sobran, y, de nuestra experiencia mencionamos:
o Embotelladoras de gaseosas cuyos seguros excluyen bandas de rotación;
o Productoras de alcohol que no han tenido cobertura por explosión de calderas en sus pólizas;
o Edificios cuyos seguros excluyen el daño causado por agua que penetra a través de ventanas o puertas;
o Vehículos asegurados con exclusión del evento inundación (¡en Guayaquil!), o que están dedicados al servicio de transporte de pasajeros pero su póliza ha sido emitida para uso particular;
o Edificios asegurados por valor inferior al real, lo que, llegado el siniestro, recibirán un valor inferior al necesario para la reparación;
o Inexistencia de cláusula de reembolso a valor de reposición, por lo que se calcula el daño descontando la depreciación.
2) Cuidado y conservación de los bienes asegurados
Se trata de usar los activos con la debida conciencia sobre los deberes, responsabilidades y cuidados que usted, el asegurado, sus familiares y dependientes, deben guardar, con el fin de evitar exclusiones de cobertura, sea por negligencia en el uso del bien asegurado, o por su utilización para fines distintos de los normales o declarados.
Para este fin, su organización debe contar con políticas y regulaciones internas sobre el manejo de activos.
Citamos estos ejemplos de falta de cobertura por no haber contado con aquellos procesos y cuidados:
o Utilizar su vehículo para remolcar otro (caso excluido de cobertura en algunas pólizas, en caso de accidente);
o En maquinarias, no contar con mantenimiento regular de un proveedor externo, con la periodicidad recomendada por el fabricante;
o Conducción de vehículos por parte de choferes que han perdido los puntos de sus licencias;
o En seguro de crédito, no agotar las gestiones directas de cobro antes de presentar el reclamo a la aseguradora;
o No contar con guardias dependientes de una empresa de seguridad autorizada, en caso de robo;
o No informar a la aseguradora sobre variaciones en el estado de riesgo; por ejemplo, no dar aviso de un robo sufrido en su negocio, debido a que su cuantía ha sido mínima y no alcanza el deducible.
3) Procesos definidos ante un siniestro
Nos referimos a la prolijidad y cautela necesarias en las primeras acciones luego del siniestro, en la notificación a la aseguradora, y en la preparación de la documentación.
Además de una asesoría jurídica competente, es recomendable contar con procedimientos definidos para el caso de siniestro: quiénes son los funcionarios autorizados a notificar a la aseguradora, a informar las circunstancias de los hechos, y a recabar los documentos que deberán adjuntarse.
Es lamentable contemplar que un reclamo de seguros se niegue por el sólo hecho de existir versiones contradictorias sobre el evento dañoso, que en ocasiones atañen tan sólo a detalles sin relevancia.
Esto ocurre cuando se permite tomar declaración (por parte de la aseguradora, o del perito ajustador) a distintas personas que pueden dar información no exactamente igual, y que luego sirven de fundamento para objetar el pago.
Otro ejemplo que no debe imitarse es no guardar exactitud entre la información proporcionada en el aviso de siniestro a la aseguradora, y la denuncia presentada ante la Fiscalía, cuando el evento es también un presunto delito.
Las vacilaciones, contradicciones o inexactitud en lo informado, sea verbal o documentariamente, puede hacer presumir que hay engaño en el reporte del siniestro, lo que faculta a la aseguradora a negar el pago, y en ocasiones con toda razón.
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